Alemania, Francia y Portugal ya venden test en supermercados mientras España ni se lo plantea
Arroz, leche, pan de molde y un test de detección del coronavirus. Esta lista de la compra ya es posible en países como Alemania, Francia o Portugal, que ya han autorizado la venta de pruebas diagnósticas en supermercados. Otros, como Reino Unido, envían semanalmente al domicilio dos test por persona. El Gobierno de España ni siquiera se lo plantea. Lo más cercano son las pruebas de venta en farmacia, para las que se requiere prescripción médica.
El último país en sumarse a la lista de los que contemplan la venta libre de test de antígenos a la población ha sido Portugal. La nación vecina, que ‘rivalizó’ con España por ser la que peores datos epidemiológicos mostró durante la tercera ola, ha inaugurado esta nueva estrategia de detección precoz. Por un precio de entre 7 y 10 euros -dependiendo del modelo-, cualquier ciudadano portugués puede adquirir una de estas pruebas en supermercados.
El Gobierno luso autorizó la liberalización de la venta de test en supermercados sin necesidad de prescripción médica el pasado mes de marzo. Desde este mes de abril, las pruebas ya están en las estanterías de las principales cadenas de alimentación. Estos kits de autodiagnóstico son de fabricación surcoreana. Su precio de venta al público está exento de IVA.
Una vez adquirido, la persona interesada puede aplicárselo mediante la introducción de un bastoncillo a través de la nariz. No es nasofaríngeo, sino únicamente nasal. No hace falta introducirlo hasta el fondo, como los que se utilizan habitualmente en España. Tras sumergirlo en un líquido reactivo, la prueba ofrece resultados en unos quince minutos. La fiabilidad reconocida es del 80%. Es una prueba de comunicación obligatoria: caso de que ofrezca un resultado positivo, la persona debe ponerlo en conocimiento de las autoridades sanitarias. Para ello se ha habilitado un teléfono especial.
En Francia siguen los mismos pasos que Portugal. La firma de supermercados Carrefour ha adquirido ya un millón de estas pruebas autodiagnósticas, que comenzará a distribuir en breve a través de su red de tiendas. El funcionamiento es muy parecido al portugués.
Pero quien lleva la delantera en este aspecto es Alemania. Las cadenas Aldi y Lidl comenzaron a principios de marzo a distribuir este tipo de test en sus supermercados. En los primeros días se registraron largas colas y se acabaron las existencias. El formato es diferente: por 25 euros se adquiere una caja con 5 test. Droguerías y farmacias también se han sumado a esta estrategia de rastreo.
En Holanda ocurre algo parecido a España. Los test diagnósticos pueden adquirirse libremente a través de farmacias. Con la diferencia de que allí no hace falta el visto bueno de un médico para adquirir la prueba.
España se queda sola
En España, en cambio, el Gobierno de Pedro Sánchez ni siquiera se plantea esta medida. No está sobre la mesa, explican fuentes de Sanidad consultadas por OKDIARIO. La estrategia española pasa inevitablemente por el sistema de salud pública, que es quien lleva el peso del rastreo.
El Ministerio de Sanidad demoró durante dos meses la respuesta a la petición de la Comunidad de Madrid para realizar test en farmacias. El plan de Isabel Díaz Ayuso era convertir la red de farmacias en un punto estratégico de detección de cara a Navidad. Así se lo planteó al Gobierno de Sánchez en noviembre por carta. Volvió a insistir a mediados de diciembre, tras no haber recibido respuesta. El entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, terminó contestando. Lo hizo el 31 de diciembre, a pocas horas de la Nochevieja y sin posibilidad de que Madrid implementase esa estrategia.